El ser humano es un animal técnico, que se ha fabricado su propio mundo artificial y es producto de una fantasía. La técnica forma parte de nuestra fantasía humana y a partir de ella a podido crear innovaciones que no son perceptibles sin una reflexión. Esta postura fue defendida por Ortega y Gasset "La técnica es hija de la fantasía". Podemos sacar una conclusión que el ser humano no se conforma con vivir, sino además se crea nuevas necesidades.
A veces el ser humano actúa de manera incorrecta, tanto cuando realiza acciones contra su misma especia como cuando cuando los realiza con los de distinta especie.
Como decía A.Naess “Debemos acabar con las acciones humanas que pueden hacer que se acabe con los seres vivos” y U. Beck defiende una sociedad que provoca todo tipo de riesgos como calentamiento global, desigualdad, clonación, cambios en los biosistemas, en las diferentes culturas....
Tambien se encuentran los transhumanistas que defienden que la tecnología es nuestro mayor aliado y la humanidad estaria en condiciones de presentar mejores oportunidades.
Han surgido otras oposiciones de las acciones del ser humano, una de ellas es la de la iglesia quien no defiende la ciencia y la tecnología porque aparta a dios y defiende que la tecnología es la hija del diablo.
He leído el titulo de tu blog sinceramente estas en lo cierto “el sentido común no es en realidad tan “común””. Te hago un comentario.
ResponderEliminarOs propongo que forméis un grupo de investigación entorno a la filosofía, seguro que pueden salir cosas muy positivas.
Estas en lo cierto cuando dices
"El ser humano es un animal técnico, que se ha fabricado su propio mundo artificial y es producto de una fantasía. La técnica forma parte de nuestra fantasía humana y a partir de ella a podido crear innovaciones que no son perceptibles sin una reflexión. Esta postura fue defendida por Ortega y Gasset "La técnica es hija de la fantasía". Podemos sacar una conclusión que el ser humano no se conforma con vivir, sino además se crea nuevas necesidades."
Pero habria que tratar eso mas ampliamente ya que este pensador lo requiere.
ResponderEliminarHola, María Jose he leído en tu blog: “la iglesia quien no defiende la ciencia y la tecnología porque aparta a dios y defiende que la tecnología es la hija del diablo.”
ResponderEliminarClaro es normal que digas eso, esta iglesia nuestra “con la iglesia hemos topado” esta gentecilla que no nos ha traído más que problemas, ¿e? desde Sócrates, Platón, Aristóteles, Plotino, y luego esos mindundis ignorantes que son Clemente de Alejandría, Justino, tertuliano, San Cipriano, Arnobio, Lactancio…. Todos esos que ya tenemos superados, y un tal San Agustín de Hipona, pero ese…. ¡vah! Ese, nada… San Anselmo, Santo Tomas, eso ya esta de mas… ¿No? La humanidad empieza hoy.
Sub specie aeterni……
Querida amiga, hablas de sentido común, he dejado algunos otros comentarios en blogs de tus compañeros, en el de Juan Valero, en el de María López y en el de Juan Jose Rosa.
Míralos si tu quieres, vienen a completar el que te hago a ti, y con este comentario los cierro todos, todo lo que he escrito viene a señalar una única cosa, EL SENTIDO COMUN.
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ResponderEliminarEl pueblo español querida amiga recuerda cada día más a aquel que Goya nos trasmitió, aquel pueblo lleno de superstición, mojigatería, egoísmo, cobardía, servilismo, etc... ¿Y los filósofos? ¿Qué hacen ellos?
ResponderEliminarMIRAR HACIA OTRO LADO
Tan sencillo como eso, la filosofía se dedica a huir de la realidad, estos “filósofos” que no tienen el derecho a llamarse de tal manera parecen trabajar con una única motivación, su interés, y con la vista puesta en los bienes de este mundo y es que efectivamente el sentido común no es tan común….
Este sistema educativo, amiga mía, lo implanta el partido político de turno, que no quiere que el pueblo piense demasiado, para mantenerse en el poder y seguir chupando la sangre como vampiros, (“los vampiros existen”). Las transformaciones sociales vienen y han de venir de abajo hacia arriba y no al revés, ya que si es al revés es una dictadura, disfrazada de lo que tú quieras, es muy sencillo.
(Y si los controladores aéreos o alguien dice algo le mandamos al ejercito.)
Una mirada a los blogs
ResponderEliminarUna crítica al sistema educativo, no al educador
De cómo y porque las cosas no funcionan y no hay efectivamente sentido común.
Veamos en que argumentos reside la necesidad de apostar por crear blogs, e introducir a toda costa las nuevas tecnologías en la educación, lo que se llama “el modelo innovador”
Sin embargo cuando se habla de lo “novedoso”, en ocasiones, se da por supuesto que “todo lo nuevo es bueno”, y “todo lo antiguo es malo”. Pero ¿Por el hecho de ser novedoso y muy utilizado es aceptable, y más aun necesario? ¿No hay fenómenos novedosos que constituyen grandes peligros para la humanidad?
“Hoy en día los jóvenes pasan horas y horas en las redes sociales, los blogs, y otros entornos virtuales por lo tanto la filosofía tendrá que estar ahí”
No digo yo que este de más la creación de blogs en internet, sin embargo a mi juicio habría que plantear anteriormente algunas cuestiones básicas que vendrían a ser la condición para la existencia de estos espacios virtuales. En educación se tiende a favorecer a que “el profesor innovador” vuelva su testuz hacia las modas intelectuales, y se cae en un error profundo, que es creer que la historia empieza en el presente, como si los hombres del pasado hubieran estado sumidos en un oscuro túnel, como si la humanidad fuese algo que se estrena y no algo que se hereda, estas modas nos llevan por lo tanto a intentar construir, (a saber, que el alumno publique “comentarios”) sin cimentar.
A esto se me podría responder que se tiene en cuenta la tradición revisando a un pensador de la historia de la filosofía, si bien, mas tarde analizaremos como esto es deficiente (e incluso perjudicial).
Ya que este “análisis” de un pensador, al tener que adaptarse al espacio del blog se queda en tres o cuatro “florecillas”, no se estudia a fondo, y luego lo segundo es que este pensador no es más que uno en la larga cadena, y no tiene sentido sin Todo lo demás. No hay una verdadera “investigación”, no hay esfuerzo, ni compromiso. (En otros blogs señalo esto)
ResponderEliminarPero no es esto lo que me importa ahora analizar, sino sólo en lo que se refiere a la advertencia del peligro que implica el sometimiento a las modas culturales, esto es: la justificación del status quo, porque, hoy en día en educación se copia el modelo a las empresas, ese modelo de trabajador «innovador» esta copiado soberanamente de los «empresarios eficaces» que ahora se llaman «innovadores y creativos» , aquellos que están ejerciendo el control monopolístico de la economía y de las finanzas.
Este modelo esta generando unas consecuencias desastrosas en el sistema educativo.
Veamos en qué consiste esa novedad:
No necesitamos ningún “ideal de vida” porque ya tenemos el propuesto por la sociedad economicista del momento.
ResponderEliminarEntonces ¿para qué investigar sobre el modo de vida mejor? Como ya no necesitamos conocer las motivaciones centrales de las nuevas generaciones de alumnos, pues ya tenemos la industria publicitaria, las redes sociales o los blogs, que lo hacen por nosotros.
¿Para qué estudiar la naturaleza humana?
Como ya no necesitan los profesores pensar pues ya lo hacen los expertos por ellos.
Creando una división insostenible entre los que piensan la educación y los que la ejecutan.
De esta forma el alumno entiende cada área del conocimiento como una “asignatura” que efectivamente le han asignado y con unos contenidos que tiene que aprobar, eso en el mejor de los casos.
Una propuesta con sentido seria:
Hacer que la Enseñanza Media sea una auténtica preparación para la Universidad, empezando por introducir un Bachillerato de, como mínimo, tres años, separado de la Enseñanza Secundaria Obligatoria.
¿Para qué confrontar nuestras creencias con las ideas de los grandes de la historia del pensamiento?
ResponderEliminar¿En esto se reduce nuestro canto a «lo novedoso», en seguir el ritmo de las banderas de las tendencias sociales?
El profesor debe investigar, solo se puede proponer a los alumnos actividades con “sentido”, “útiles” para la vida, si el profesor esta abierto al mundo, a los problemas vitales.
De lo contrario se transmiten contenidos muertos.
Solo desde la abertura al mundo se pude transmitir algo con sentido.
Y esta actividad implica describir, y analizar; aportar luz, y sentido; en suma, dar esperanza, confianza ante cualquier crisis vital, personal o social.
El fin de la educación es, en definitiva, la vida.
Últimamente los medios se han convertido en “fines” no digo que este sea el caso.
Los grandes pensadores, Todos, los que los diseñadores de este sistema educativo han rechazado para poner en su lugar a la psicología y a la sociología, nos han enseñado que hay un modo verdadero de ejercer la educación y otro falso.
ResponderEliminarLo que convierte en verdadera la actividad educativa es, en primer lugar, tener presente «lo que» hay que transmitir: un modelo de hombre, un modelo de sociedad; lo que buscamos, en definitiva, en la educación es hacer mejor al hombre, hacerle libre, hacer que ame la verdad, y la vida, que conozca lo necesario para un modo mejor de vida.
“Aristóteles no divirtió tanto a Alejandro, con el arte de componer silogismos o con los principios de la geometría, como instruyéndole sobre los buenos preceptos referentes al valor, a las hazañas, a la magnanimidad y a la templanza y a la seguridad de no temer a nada; y con esta munición, enviolo siendo niño todavía, a subyugar el imperio del mundo.”
Montaigne
En cambio nuestro sistema educativo elimina de raíz esa dimensión, todos esos inventos novedosos e innovaciones que se han introducido en la práctica educativa nos dicen que el profesor debe adaptarse al alumno, en el sentido de que el profesor debe “obedecer” al alumno, esto es, si el alumno esta en las redes sociales “allí” tendrá que ir el profesor.
ResponderEliminarPero aquí esta el gran fallo de nuestro sistema educativo, puede que las ideas de los académicos tengan nobles intenciones, y buenos propósitos, pero una cosa es el programa de un despacho y otra la realidad.
La educación no es una cuestión de buenas intenciones. En la práctica, este nuevo discurso pedagógico implica que el mejor profesor es «el que más aprueba». Así, obtiene el beneplácito de alumnos, y de la Administración.
¿No ocurre hoy que el profesor que intenta poner un buen nivel en clase es el profesor que tiene más problemas?
ResponderEliminar¿No ocurre hoy que el profesor que intenta exigir unos mínimos, se busca más problemas: primero con los alumnos, porque, como es normal, no quieren que se les exija —especialmente hoy, que prima la ley del mínimo esfuerzo—; después con sus padres, porque hacen caso a
las quejas de sus hijos y tienden a culpar sistemáticamente al profesor; y por último con la Administración, que no piensa en términos educativos, sino en «número de votos»?
Hoy en día se ha olvidado por completo la investigación, al menos esta en su sentido verdadero, la referencia al «depósito» de saberes sobre lo humano que nos ha legado la historia.
El educador es responsable, en primera instancia, del desarrollo y del cuidado de ese depósito (o «Concierto» de las disciplinas, que diría Vives).
En cambio hoy en día los académicos de la universidad (personal bastante lamentable salvo contadas excepciones) piensan (Y debemos desconfiar del pensamiento de estos académicos universitarios), y los profesores ejecutan.
Y, en la práctica, es vivido por el profesor con desconsuelo y desgana, porque se encorseta un trabajo, que es bello en sí, en meras funciones administrativas, dedicando todo el tiempo a tareas inútiles, mientras la vida real de los alumnos se deja escapar.
Esta es la causa de la desmotivación de gran parte del profesorado.
Si a esto se suma la desorientación actual sobre la profesión educadora, el aumento del control administrativo, la injerencia política, las incoherencias de algunas propuestas psicopedagógicas, entre otras causas, se obtiene un buen cóctel para producir en serie «profesores quemados».
Luis Vives afirma del origen de la crisis cultural de su época, se puede aplicar a la nuestra:
ResponderEliminar“… las artes, divorciadas del sentido común, convertidas en materia de juego (…); sin provecho y sin fruto para la vida los ingenios preclaros y sólidos y que con gran fruto, así personal como público, habían de dedicarse a los estudios, huyeron de la escuela.
Y lo que es más de doler es que todos los años, implacablemente, las academias dan suelta a tantos batalleros, licenciados, maestros, doctores en medicina, echándolos sobre aldeas, villas y ciudades, verdaderas hordas de carniceros y verdugos. Todos esos (…), una vez
que han conseguido el objeto de sus deseos, renuncian a todo trabajo, y ya que no pueden con su erudición, al menos por el título confían defender su autoridad. Salidos de la escuela, ufanos con su título, que les da ante el pueblo respeto y autoridad (…). Esos son los sembradores y propagadores de la ignorancia por toda Europa.”
Lo peor que le puede pasar a la educación es lo que le está pasando: el olvido de los valores para una cultura de vida. En nuestros días, el consumo, la diversión y el bienestar han ganado la batalla de la educación a los padres.
ResponderEliminarLa moda comercial marca la pauta de los valores vitales a seguir; las actividades de ocio se reducen a la diversión como disfrute meramente sensual y al fomento de la dimensión instintiva del hombre.
Esto está originando entre la juventud problemas de gran magnitud.
Nunca como ahora la juventud ha tenido tantos medios y nunca como ahora la juventud está más abandonada.
En este ambiente, los padres se encuentran sin capacidad de influir efectivamente en sus hijos; en un mundo en que «toda opinión vale lo mismo», «todo da igual» y «ninguna forma de vida es mejor que otra», el diálogo es imposible.
Es más, algunos padres parecen incapaces de comprenderlos: los problemas son nuevos y complejos, lo que introduce incertidumbre. A esto se suma que los padres tienen cada vez más a no tener tiempo para dedicarlo a sus hijos, o por trabajo o por separaciones,… El caso es que este problema lo revierten sobre el centro educativo: «nuestros niños no están educados porque los maestros y profesores no los educan».
ResponderEliminarLa responsabilidad paterna la vuelcan al completo sobre los profesores. Los políticos de turno, fieles servidores de la dictadura del voto, escuchan esta queja y generan en la Administración educativa una doble tendencia: primero, los padres, como los clientes, tienen siempre la razón. Segundo, el profesorado tiene mayor carga de horario lectivo y de trabajo de formulario; es decir, se tiende a aumentar el tiempo del profesor en aquello que no es realmente educativo: horas complementarias y trabajos administrativos (rellenar formularios).
Con la intención de que las instituciones educativas respondan a estos problemas sociales —y bajo el supuesto de que la escuela debe responder a todos los problemas de la sociedad— algunos «expertos» áulicos, en nombre de ese profesor innovador y creativo, terminan proponiendo un tipo de profesor «todo-poderoso», mezcla de educador y superman: debe enseñar los contenidos de su asignatura, pero centrados en las características de su contexto geográfico y de su identidad regional, motivándolos con los conocimientos inmediatos y actuales; debe adaptar los conocimientos individualmente, a todos y cada uno de los alumnos, en aulas de hasta 40 alumnos (aunque la ley diga 32 como máximo), con desfases de nivel importantes, con deficiencias emocionales, y demás; debe incitar al estudio a unos alumnos inactivos mediante
ResponderEliminarla motivación, teniendo en cuenta el entorno social y familiar que circunda a cada uno de sus alumnos, cada uno hijo de su padre y de su madre.
Por si fuera poco, se insiste cada vez más desde las altas instancia, en un arrojo de espíritu de ciudadanía, en que no puede olvidarse de enseñar a convivir en paz y en democracia y en tolerancia en el contexto de una sociedad plural, poblada de diversas naciones y/o nacionalidades, en un clima de diálogo y solidaridad mutua, recíproca y trascendental con las autonomías, y sin menospreciar la idiosincrasia regional y las características de todos y cada uno de los municipios que pueblan este nuestro país. Y no es menos importante que el profesor pueda dejar de enseñar a sus alumnos a no discrimi- nar.
ResponderEliminarNo, no. Grave error si lo olvida. El docente debe ayudarles a emplear un lenguaje igualitario, respetuoso con todos los compañeros y compañeras, amigos y amigas, con palabras y palabros no sexistas ni sexistos. Y, sin menoscabo de lo anterior, como elemento curricular no menos importante, debe enseñar a los alumnos a utilizar una goma cuando vayan a tener relaciones sexuales —con cuidado de no desanimar al que no pueda tenerla, por aquello de la autoestima y de los contenidos afectivos del programa.
Además de saber cuándo y cómo utilizar la gomita —lógicamente, dado el alto índice de preocupación social ante el aumento de embarazos no deseados—, el profesor debe tener especial cuidado en enseñarles las normas mínimas de higiene, que nunca vienen mal para prevenir los contagios de posibles enfermedades venéreas, pero —¡atención!— utilizando siempre productos higiénicos que no degraden el ambiente, y —¡ojo!— que no
ResponderEliminarcontengan un lenguaje machista-homófogo-insensible y/u ofensivo con el sexo femenino, ni alimente la violencia entre géneros ni el belicismo intergeneracional e internacional. Y ello sin hablar de otros contenidos también necesarios para la sociedad: educación vial, prevención
del consumo de drogas, prevención de la anorexia y la bulimia, resolución de conflictos de pareja, etc., etc., etc.
Lo normal es que un profesor de Enseñanzas Medias tenga a su cargo a cerca de 200 alumnos por año.
ResponderEliminarse está difundiendo la falsa idea de que «más tiempo en las aulas significa más educación», con lo que se tiende a ampliar el horario.
Pero el problema más grave es que se ha difuminado, hasta perder su esencia, la profesionalidad del educador. ¿Qué es ser buen profesor? ¿Un amigo de los alumnos? ¿Un buen motivador? ¿Un entretenedor? ¿Un guarda alumnos? ¿Tendremos que poner policías en los institutos?
Por eso el profesor hoy en día mas que nunca debería abrir los ojos a la realidad, a los problemas vitales del hombre, y educar para la vida.
Por ello, y porque la crítica por la crítica no sirve de nada yo propongo:
Ya que vosotros no vais a cambiar este sistema educativo que nos ha tocado vivir, ni siquiera vais a cambiar los problemas de nuestra realidad vital, así como “el paro, u otros” (es mas hay que empezar por uno mismo) Lo que sí se puede hacer es admitir que continuar así es un error, crear un grupo de investigación, e intentar desde ahí trabajar con sentido, o darle otra respuesta, pero o se opta por entender el problema y tratar de solucionarlo, o se mira hacia otro lado, esta es la solución de los cobardes, negar la realidad, alejarse de ella.
Es evidente que no es un reto sencillo ni agradable.
ResponderEliminarEstamos ante el problema eterno de la historia del pensamiento: la posibilidad de crear “algo nuevo”, o, como dicen los clásicos, la lucha contra el gran mal del hombre: la ignorancia.
Pero aquí la cuestión no es si es difícil o fácil de alcanzar. Los cambios verdaderos, como nos recuerda Giner, no son cuestión de dos días, ni vienen de los gritos de las manifestaciones de calle, sino de un trabaja callado, constante y firme.
El discurso educativo tiene que asumir el hecho de la realidad antropológica. El problema del hombre (¿cómo ser educado para la libertad en una sociedad alienada?) es el problema de la educación.
En otras palabras, la educación y la misma filosofía tiene que asumir como algo intrínseco a su discurso la lucha ante modos de vidas enfrentados.
Hay un modo de vida que conduce a la libertad, y hay otro que no. Para Rousseau, como para Platón y los restantes autores mencionados, este es un principio indiscutible: el educador opta por el modo mejor de vida, y esta opción lleva implícita el repudio a la vida peor.
Este planteamiento sólo es posible si el profesor está referido a un “orden objetivo” de valores: sólo se puede defender un modo “mejor” de vida si podemos conocerlo. De lo contrario no hay nada que transmitir. El relativismo es contrario a la educación.
Y es que, como nos dicen estos pensadores, la primera responsabilidad del filosofo es para consigo mismo. La inteligencia del educador se sustenta en una previa opción existencial: querencia de verdad y repudio de la mentira. Por tanto, no le interesa al pensador lo eficaz pragmático, sino lo verdadero.
Esta es la raíz del compromiso social del filósofo. Y de ahí brota el verdadero temperamento filosófico. Esta forma de ser reclama una actitud básica ante la realidad, una actitud de abertura a la vida.
El filósofo es un observador del ritmo de la vida, no un servidor de intereses de clase, de ninguna clase; la inteligencia del educador digiere el pan que le proporciona la vida. Y los “métodos” son instrumentos para clarificar; nunca pueden suplir la realidad misma.
La duda de la Modernidad, por ejemplo, o la sospecha de la Postmodernidad, pueden ser una buena herramienta para desideologizar y desmitificar, pero siempre teniendo presente que el objetivo no es el escepticismo, sino reasumir la realidad con nuestra propia mirada.
ResponderEliminarNo se paran nuestros pensadores en el análisis de la inteligencia del filósofo, sino que ahondan más adentro, hasta su misma condición existencial.
La inteligencia está existencialmente referida al conocimiento de los “límites” humanos. El “Conócete a ti mismo” que abre la historia del pensamiento es una llamada a este conocimiento, y, en definitiva, una toma de conciencia de que el dolor es la fuerza del conocimiento.
La condición existencial del filosofo, como toda condición humana, es, pues, dramática.
La vida y muerte de Sócrates es la expresión de la condición dramática del creador social, de la lucha por conquistar contenidos vitales valiosos para el hombre. La creación espiritual de Sócrates lleva consigo un sufrimiento; es una tragedia personal, pero no por ser fruto de unas fuerzas involuntarias; es personal y libremente aceptada.
Si miramos la biografía de los grandes pensadores vemos que su vida se parece a aquel relato del payaso que corre al pueblo para avisarles de que el fuego avanza hacia ellos y que están en peligro.
ResponderEliminarDe un lado, el pensador es consciente del peligro, pero también es consciente de que ante ellos es un “payaso”, y que, en consecuencia, sus palabras tienden más a la risa que a la alerta.
Los grandes pensadores son, pues, un símbolo eterno, como el mito de Prometeo de Esquilo, el símbolo del proceso de traer la luz a la humanidad doliente que vive en una existencia oscura, en las cavernas.
Es el símbolo de la función social de todo educador. La concepción fundamental del robo del fuego en Prometeo, o de la ascensión hasta la luz de Sócrates, es el símbolo imperecedero de la actitud comprometida del “maestro”, del “formador de hombres”, de la fuerza del “eros” que quiere elevar el nivel de “lo humano” más allá de los límites impuestos por la “tendencia tiránica de la sociedad”, apuntalada por los “falsos maestros” que corrompen el buen natural del hombre.
El espacio nos impide poder desarrollar como merece este aspecto tan decisivo para la función social del filósofo.
ResponderEliminarForjar proyectos comunes que, a la vez, sean eficaces.
Desarrollar realidades nuevas.
No se trata simplemente de proponer unas “ideas” o unos “ideales”, sino de crear realidad. En este sentido, una experiencia muy cercana a nuestro contexto, todavía por estudiar en su amplitud, y necesitada de ser limpiada de las utilizaciones ideológicas de que ha sido objeto, es la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos.
El camino del diálogo verdadero parte de un acuerdo previo: hablamos porque queremos lo que nos hace más humanos. Sin este “acuerdo previo” no existe diálogo social. La infinidad de discursos en defensa de intereses particulares conduce al enfrentamiento social, y, al cabo, al marasmo cultural. La condición de posibilidad para que exista una sociedad de hombres libres es la búsqueda de “lo mejor”, y, en consecuencia, la lucha por construir nuevas formas culturales.
En este trabajo y en este compromiso estaremos de acuerdo.
Voy a hacer una aclaración de algunos aspectos, cuando digo.
ResponderEliminar“desde Sócrates, Platón, Aristóteles, Plotino”
No me refiero a que estos pensadores pertenezcan a la iglesia, a saber a la institución que todos “conocemos”, cuando digo “desde” quiero decir que en estos pensadores esta ya presente el germen de la iglesia, ni mucho menos que estos pertenezcan a la iglesia, esto ya lo sé, pero ellos son la “condición de posibilidad” del nacimiento de la misma tal como hoy la conocemos.
Y cuando más tarde pudiendo dar lugar a terribles equívocos digo: “¿Y los filósofos? ¿Qué hacen ellos? MIRAR HACIA OTRO LADO , Tan sencillo como eso, la filosofía se dedica a huir de la realidad, estos “filósofos” que no tienen el derecho a llamarse de tal manera parecen trabajar con una única motivación, su interés, y con la vista puesta en los bienes de este mundo y es que efectivamente el sentido común no es tan común….”
Cuando digo aquí “filósofos” me refiero en realidad a los académicos universitarios actuales que se parecen más a los “sofistas”, ya se yo que la filosofía no trata de huir de la realidad sino todo lo contrario, sin embargo actualmente los académicos de la universidad, “los pensantes” se parecen más a los “sofistas” que a los “filósofos” y ni siquiera llegan a la categoría de poder ser llamados “sofistas” los “sofistas” son mercaderes, porque “venden” alimentos para el alma, sin conocer lo que genera o no salud, es decir, como ya apunto Platón, el arte de los sofistas es falso, y por lo tanto no es un arte, porque el sofista reduce su actividad al agrado, y no al beneficio real, y esto es a mi juicio lo que esta sucediendo hoy con los “profesores universitarios”, su lisonja, es comparable con la de los sofistas, pues ambos no buscan el beneficio real del hombre, lo que Plantón, y Aristóteles llamarían Virtud, lo que beneficia a la vida humana, sino que estos piensan solo en su interés, y transmiten saberes muertos eso en el mejor de los casos.