domingo, 15 de mayo de 2011

La carta del indio salvaje



El gran Jefe de Washington ha mandado hacernos saber que quiere comprarnos las tierras, junto con palabras de buena voluntad.
Mucho agradecemos este detalle, porque de sobra conocemos la poca falta que le hace nuestra amistad.
Queremos considerar el ofrecimiento, porque también sabemos de sobra que si no lo hiciéramos los rostros pálidos nos arrebatarían las tierras con armas de fuego.
¿Pero como podéis comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? ...
Esta idea no resulta extraña, ni el frescor del aire, ni el brillo del agua son nuestros, ¿cómo podrían ser comprados?.

Tenéis que saber que cada trozo de esta tierra es sagrado para mi pueblo, la hoja verde, la playa arenosa, la niebla en el bosque, el amanecer entre los árboles, los pardos insectos, son sagradas experiencias y memorias de mi pueblo. Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra cuando comienzan el viaje a través de las estrellas,
Nuestros muertos en cambio, nunca se alejan de la tierra, que es la madre. Somos una parte de ella y la flor perfumada, el ciervo, el caballo, el águila majestuosa, son nuestros hermanos, las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre. Todos pertenecen a la misma familia.
    El agua cristalina que corre por los ríos y arroyuelos no es solamente agua, sino, que también, representa la sangre de nuestros antepasados. Si os la vendiésemos tendríais que recordar que son sagradas y así recordárselo a vuestros hijos.
También los ríos son nuestros hermanos porque nos liberan de la sed, arrastran nuestras canoas y nos procuran los peces, además cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuentan los sucesos y memorias de la vida de nuestras gentes.
El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.
            Sí, gran jefe de Washington, los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed, son portadores de nuestras  canoas  y alimento  de  nuestros hijos.
Si os vendemos nuestra tierra, tendréis que recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y que también lo son suyos, y por lo tanto deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.
Por supuesto que sabemos que el hombre blanco no entiende nuestra forma de ser, tanto le da un trozo de tierra u otro, porque no la ve como hermana, sino como enemigo, cuando ya la ha hecho suya la desprecia y sigue caminando, deja atrás la tumba de sus padres sin importarle. Secuestra la vida a sus hijos y tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres como el patrimonio de sus hijos, son olvidados.
Trata a su madre la tierra, y a su hermano el firmamento como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devora la tierra, dejando detrás solo un desierto.
No lo puedo entender, vuestras ciudades hieren los ojos del hombre piel roja. Quizás sea porque somos salvajes y no podemos comprenderlo.

No hay un sitio tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde se pueda escuchar en la primavera el despliegue de las hojas o el rumor de las alas de un insecto. Quizás es porque soy un salvaje y no comprendo bien las cosas.

El ruido de la ciudad es un insulto para el oído, y yo me pregunto: ¿Que clase de vida tiene el hombre que no es capaz de escuchar el grito solitario de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la balsa?.
Soy un piel roja y no lo puedo entender. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aroma de pinos.

 Cuando el último piel roja haya desaparecido de la tierra, cuando no sea más que un recuerdo su sombra, como el de una nube que pasa por la pradera, entonces todavía estas riberas y estos bosques estarán poblados por el espíritu de mi pueblo, porque nosotros amamos nuestro país como ama el niño los latidos del corazón de su madre.
Si decidiese aceptar vuestra oferta, tendría que poneros una condición, que el hombre blanco considere a los animales de estas tierras como hermanos.
 Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. Tengo vistos millares de búfalos pudriéndose abandonados en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco.
Soy un salvaje y no comprendo como una maquina humeante puede importar más que el búfalo al que nosotros matamos solo para sobrevivir
¿Que puede hacer el hombre sin los animales?
Si todos los animales desapareciesen, el hombre moriría en una gran soledad, todo lo que pasa a los animales muy pronto le sucederá también al hombre. Todas las cosas están ligadas.
Debéis enseñar a vuestros hijos, lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros, que la tierra es nuestra madre.
Todo lo que le ocurre a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra, si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos.
De una cosa estamos bien seguros. La tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra. Todo va enlazado, el hombre no tejió la trama de la vida; él es solo un hilo.
Lo que hace con la trama, se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, queda exento del destino común. Después de todo quizás seamos hermanos. Ya veremos.
Sabemos una cosa, que quizás el hombre blanco descubra algún día:
Nuestro dios es el mismo Dios.
      Vosotros podéis pensar ahora que él os pertenece, lo mismo que deseáis que nuestras tierras os pertenezcan, pero no es así. Él es el dios de todos los hombres y su compasión alcanza por igual al piel roja y al hombre blanco.
Esta tierra tiene un valor inestimable para Él y se daña y se provoca la ira del Creador.
También los blancos se extinguirán, quizás antes que las demás tribus. El hombre no ha tejido la red de la vida solo es uno de esos hilos y esta tentando la desgracia si osa romper esa red. Todo está ligado entre sí, como la sangre de una misma familia.
Si ensucias vuestro lecho cualquier noche moriréis sofocados por vuestros propios excrementos, pero vosotros caminareis hacia la destrucción rodeados de gloria y espoleados por la fuerza de un Dios, que os trajo a esta tierra y que por algún designio especial, os dio dominio sobre ella y sobre la piel roja, ese designio es un misterio para nosotros, pues no entendemos porque se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje de los exuberantes colinas con cables parlanchines.

¿ Dónde está el bosque espeso? ... Desapareció
¿ Dónde está el águila ? ... Desapareció

Así se acaba la vida y solo nos queda el recurso de intentar SOBREVIVIR.



Tras leer esta carta, no nos habéis parado a penar ¿que estamos haciendo con la naturaleza?, la estamos destruyendo, no la valoramos como la tenemos valorar y sobre todo nos creemos que es nuestra y que podemos hacer lo que queramos con ella y eso no es así. Nos comportamos muy mal, somos unos descuidados, avariciosos, solo pensamos en nosotros mismos y como dice la carta somos unos “salvajes”.

lunes, 2 de mayo de 2011

La Ola.

Título: La Ola o Die Welle
Año: 2008
Director: Dennis Gansel
Género: Drama
Argumento:
Un profesor enseña a sus alumnos de clase el tema de la autocracia como forma de gobierno. Los estudiantes no creen que pueda volver una dictadura, y creen que no hay peligro de que el nacionalismo vuelva hacerse con el poder. El profesor hace un experimento con ellos para mostrarle lo fácil que es manipular a las masas, a través de su lema. "fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo”. Los estudiantes siguen la regla del profesor llegando a ser una clase con un interés por su forma de dar las clases, e incluso la clase llega a inventar un saludo y vestirse con camisa blanca. Este curso se hace llamar “ La Ola”, que hacen actos de vandalismo a espaldas del profesor y el profesor finalmente pierde el control.

Opinión personal:
Esta película nos puede hacer reflexionar sobre aquellas cosas que nunca nos paramos a pensar que pueden volver a suceder o que nunca pueden ocurrir y ver como pueden cambiar las personas guiándose de otras o por algún movimiento.

domingo, 1 de mayo de 2011

LA HISTORIA DE LAS COSAS




Como bien dice al principio este vídeo, mas de una vez nos hemos preguntado de donde vienen las cosas que compramos y donde van a parar. Según los libros se mueven a través de un sistema desde la extracción, a la producción, a la distribución, al consumo y a la disposición. A este sistema se le denomina la economía de los materiales.

Este sistema parece funcionar bien pero es un sistema en crisis, y la razón es que se trata de un sistema lineal y nosotros vivimos en un planeta finito, y no es posible operar un sistema lineal en un sistema finito. Este sistema interactúa a cada paso con el mundo real, interactúa con sociedad, economías etc. Pero una de las cosas más importantes que falta son las personas. En todas las fases viven y trabajan personas, y en ellas algunas son más importantes que otras y son más nombradas que otras, como el gobierno y las empresas.

En primer lugar la extracción, es una forma de decir destruir el planeta, fase donde cortamos árboles, rompemos montañas para extraer metales, acabamos con el agua y eliminamos a los animales. Aquí estamos agotando los recursos, donde nos topamos con el primer limite. Al ver que se están agotando los recursos, las empresas comienzan a explotar al tercer mundo. Pero lo que sucede con el tercer mundo, es que, en el trabajan muchas personas en esas empresas a cambio de unos salarios mínimos, porque aunque vivan en el, si no tienes nada o no compras mucho no vales nada.

En la producción de bienes, los materiales se mezclan con tóxicos utilizando energía para mezclarlos, fabricando materiales contaminados. Al utilizar esos materiales tóxicos, utilizando nosotros esos materiales contaminados, nos contaminamos hasta el punto que la leche materna humana es el producto alimenticio mas tóxico. Por lo que los bebes reciben la dosis más alta de químicos tóxicos toda su vida, siendo la lactancia un acto seguro y sagrado, lo mejor para ellos.

Pero también se encuentran los trabajadores de las fábricas, que son los que reciben el mayor impacto de tóxicos, de los cuales muchos son mujeres en edad reproductiva, afectando a la reproducción. ¿Pero que mujeres quieren trabajar en ese sitio así?, ninguna, pero son aquellas que no tienen otra opción.

Por otro lado no solo contaminan los productos, sino también el humo, aguas y vertidos. Para no ver esos tóxicos los trasladan las fábricas a otros países.

Cuando los recursos ya son productos, pasan al mercado para la distribución de esos recursos ya contaminados lo antes posible, a precios bajos para que se siga comprando, externalizando los costos, esto significa que el costo real que lleva a la producir las cosas no se refleja en los precios, es decir, no estamos pagando realmente lo que compramos.

Todo esto debería de cambiarlo el gobierno, se preocupa por los niños y las personas que son explotados en el tercer mundo, pero nadie hace nada para evitarlo.

Hoy en día consumimos el doble que hace 50 años, antiguamente se valoraba la buena administración y el ahorro. Pero esto ocurrió poco después de la segunda guerra mundial, que fue diseñada por Víctor y dijo que:” Nuestra economía tan productiva, requiere que hagamos del consumo nuestra forma de vida, convirtamos en rituales la compra y el uso de bienes, que busquemos la satisfacción espiritual y de nuestro ego en el  consumo, necesitamos que las cosas se consuman, quemen, reemplacen, desechen, a un ritmo cada vez mayor”.

Por otra parte todos los productos tienen obsolescencia programada, que quiere decir que están diseñados para ser desechados, son diseñados para ser inútiles lo mas pronto posible y compremos lo mas pronto posible otros nuevos, si pensamos en las bolsas de plástico, latas, pero también cámaras de fotos, bombillas, hasta los ordenadores. Luego se encuentra la obsolescencia percibida, que sirve para convencernos de tirar cosas que aun son perfectamente útiles, simplemente cambiando la apariencia de las cosas, sobre todo ocurre en la moda, con los zapatos, la ropa, pero todo esto para seguir comprando.

Y por ultimo la destrucción de los desechos. En muchos países acumulamos por persona mas de 2 Kilos y medio de basura al día, el doble que hace 30 años. Esta basura es quemada en un incinerador o es enterrada en una agujero en la tierra, ambos contaminan el medio ambiente, sobre todo al quemarlos, echando aún mas tóxicos al aire. Un opción buena sería reciclar, pero gran parte de la basura tiene demasiados tóxicos o esta diseñada para no ser reciclada.
Lo bueno de todo esto es que hay muchas personas trabajando en los diferentes puntos de inversión, para defender los bosques, por una producción limpia etc.

Este sistema lineal se puede transformar en uno nuevo que no deseche ni recursos ni personas, y lo que realmente tenemos que desechar es la mentalidad del derroche, basada en al sustentabilidad y equidad, química verde, basura cero, producción de ciclo cerrado, energía renovable, economías locales vibrantes…pero sino se colabora, no se puede cambiar.






EL FIN Y LOS MEDIOS




Para saber si el fin justifica los medios, hay dos posiciones antagónicas que pueden dar respuesta a ello.

-En las teorías Kantianas (según Kant), lo que importa es la intención y no el resultado, por lo que un  kantiano radical optaría por salvar a una persona aunque la consecuencia fuese la destrucción del mundo.

En esta teoría el fin nunca justifica los medios.

-En las teorías Utilitaristas, lo que importa es el resultado pero no la intención. Estas teorías vienen a ser el negativo de las Kantianas, pues tienen en cuenta las consecuencias probables de la acción, de modo que una acción es preferible a otra en la medida en la que se puede preveer que producirá mejores consecuencias, por lo que un Utilitarista radical optaría por salvar al mundo aunque para ello tuviera que sufrir una persona

Estas teorías pretender mejorar el mundo y a menudo los medios son justificados por el.